Y sé que en el fondo nada. Que soy el descontrol y no la calma. Que soy el desorden de cualquier habitación un domingo por la mañana, cuando la resaca hace que te levantes a la hora de comer. Y solo. Sé que soy el valor que se desprecia en caída libre por esa montaña de esperanzas sin sentimientos. Quiero decir las esperanzas te sostienen, pero en algún momento te sueltan. Y duele. Pero no me importaría sangra en la UCI de tu cuerpo. Y notar tu calor sería como estar en el reservado del infierno, con copas gratis toda la noche. Pero recuerda, no se me da bien, excepto esperarte. No soy la chica ideal sino para cualquier catástrofe. Y no obstante, cuando sonrío de verdad, el mundo se apaga un poco, y brillo.
Ojalá estuvieses aquí, corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario