Porque la felicidad sólo llama una vez a la puerta. Porque no hay un mañana si no se vive un hoy. Y la alegría no se puede posponer. Si un día todo esto cambia seré feliz por haberlo vivido con profundidad, por no haberlo delegado a los demás, por haber disfrutado mientras tuve la posibilidad de hacerlo
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