Y ahí está enfrente tuya. Sonríe y habla sin parar, casi no toma aire. Ahora da un sorbo a su café y sigue hablando. Me cuenta lo que ha pasado en estos últimos meses. Me dice lo que ha hecho y lo que ha dejado de hacer. Le echaba de menos. Algo no iba bien entre las dos, pero aquí estamos otra vez, como en los viejos tiempos, en la cafetería de siempre. Riendo y contando secretos. Es la persona a la que le puedo contar todo. Porque ella jamás dirá nada. He echado de menos estas tardes, sus locuras y sus cosas. ¿Cómo puede ser tan parecida a mí? Es como si siguiera mis pasos. Que suerte que aquí estoy yo para advertirle y que no pase lo mismo que yo he pasado. Aprende rápido. Ha pasado demasiadas cosas que no debería haber pasado y verla ahora así es un logro. Es como una hermana para mi. Mi igual, mi confidente. Mi mejor amiga.
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