martes, 29 de mayo de 2012

Siempre tú

La muerte es algo que veía lejano, y que sinceramente ha llegado antes de lo que me esperaba. Perder a una persona siempre es duro. Pero nunca me imaginé que iba a pasar tan deprisa. O que el tiempo me iba a jugar tan mala pasada. Sin embargo la vida es así de injusta. Y yo ya no puedo reprimir una lágrima más. Vale, lo sé, ya derramé bastantes, pero nunca serán suficientes para pedir por él. Siempre, SIEMPRE, lo llevaré en mi recuerdo, en mi corazón. Porque ha significado una parte importante en mi vida, en mi familia.
Aquellos días cuando a mis cinco años yo llegaba pegando pequeños saltos y él me daba un caramelo. De esos de café con el papel negro, siempre serán mis favoritos.
O cuando íbamos a la aceituna; y la verdad, para que mentir, me pasaba el día jugando en el barro con mi primo (éramos demasiado pequeños); cuando nos metíamos dentro de la mantona y él nos regañaba, pero enseguida se reía y se sentaba con nosotros a la sombrea de una oliva. Luego, todos crecimos, quizá fui apartándome un poco de todos, pero siempre he estado ahí. Sin dudarlo apenas un segundo me he preocupado por ti.
Muchos instantes más que jamás en la vida olvidaré. 
Ahora estás allí en el cielo, donde habitan las estrellas. Siempre estarás a mi lado, y como ángel de la guarda sé que me vigilarás y de mi cuidarás. Siempre tú abuelo. 


Dedicado a mi abuelo, que siempre estará junto a mí como alma viva. 

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